“Una mujer debe tener dinero, una habitación propia y bolis de purpurina si desea escribir ficción”.
Los sobres y las cartitas de olor.
Porque todas las niñas llevábamos una pequeña Jane Austen en el interior que quería mantener una cuantiosa correspondencia con su compañera de pupitre hasta que descubrimos la magia de la palabra, que no deja rastro ni pruebas.
Y bolis de purpurina.
Porque como decía Virginia Woolf una mujer debe tener dinero, una habitación propia y bolis de purpurina si desea escribir ficción.
Este libro. O mejor dicho, ESTA BIBLIA.
No recuerdas qué amiga fue la primera en tenerlo, pero este libro se pasaba de tapadillo de mochila en mochila porque todas creíamos que contenía LA SABIDURÍA.
Una caja de colores cuanto más grande mejor.
Teníamos grandes aspiraciones artísicas.
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