El lobby ultraconservador había recogido firmas exigiendo su retirada.
Entre las ocho piezas que componían la campaña, había una cuyos protagonistas eran una pareja de padres homosexuales que discutían mientras forraban los libros de su hijo.
La idea detrás de la campaña era la de "contar en clave de humor las distintas situaciones de la vida cotidiana a la que se enfrentan los padres durante la vuelta a las aulas de sus hijos sin entrar en valoraciones de ningún tipo", según comentaba el equipo de El Corte Inglés a El Confidencial recientemente.