El cliente siempre lleva la razón, menos cuando no la lleva.
El regalito sorpresa.
"Trabajaba en un videoclub y había un cliente que siempre devolvía las películas porno con un clinex dentro de la carátula".
Warner Bros. Pictures / Village Roadshow Pictures / Malpaso Productions / Double Nickel Entertainment
"Una vez, cuando trabajaba en una tienda de ropa interior, vino una señora mayor a comprarse un sujetador para la boda de su hija. Al preguntarle qué talla tenía, decidió que lo mejor que podía hacer era levantarse la camiseta y enseñarme directamente los pechos para que yo pudiese adivinar su talla a simple vista.
Cuando por fin encontró el sujetador que quería, me dijo que también necesitaba una faja 'que sujetase bien y que no se moviese'. Le enseñé la que más se ajustaba a sus necesidades y, con ella puesta, salió del probador (solamente en faja y sujetador) y se puso a hacer una sentadillas en mitad de la tienda mientras gritaba 'ESTA COSA SE BAJA, NO SUJETA BIEN'.
Finalmente, después de estar atendiéndola dos horas, se fue de la tienda sin comprar nada".
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"La historia más loca en mis casi 9 años de teleoperadora en una compañía de seguros de salud es la de una mujer que robó las recetas de un médico para prescribirse resonancias y se hizo más de 20 porque 'los extraterrestres la habían abducido y quería saber dónde le había colocado los chips'.
Cada resonancia valía más de 100 euros, así que nos llamó para decirnos que no podía pagarlo. Un cuadro. Espero que encontrara los chips".
Fox